Las innovaciones
tecnológicas han proporcionado a la humanidad canales nuevos de comunicación e
inmensas fuentes de información que difunden modelos de comportamiento social,
actitudes, valores, formas de organización, etc. Hemos pasado de una situación
donde la información era un bien escaso a otra en donde la información es
tremendamente abundante, incluso excesiva. Vivimos inmersos en la llamada
sociedad de la información.
El nuevo orden informático
se ha convertido en motor del cambio social. La economía y la cultura se ha
globalizado. En la sociedad que emerge de la era digital el conocimiento y la
información adquieren un valor creciente. Los trabajadores del conocimiento
empiezan a dominar el mercado laboral. Los incrementos de productividad de las
organizaciones se basan en la mejora del saber, en la innovación permanente del
conocimiento aplicado utilizando tecnologías, cada vez más potentes. Así, el
capital intelectual se convierte en el nuevo activo para la riqueza de las
organizaciones y la gestión de ese conocimiento en una de sus actividades
fundamentales.
Sin embargo no todos
participan de los avances económicos y culturales. El acceso a las tecnologías
y a la información está creando una brecha
digital entre quienes pueden
acceder y quienes quedan excluidos. El “Libro
blanco sobre la educación y formación” (Comisión Europea, 1995) afirma que la
sociedad del futuro será una sociedad del conocimiento y que, en dicha
sociedad, la educación y formación serán, más que nunca, los principales
vectores de identificación, pertenencia y promoción social. A través de la
educación y la formación, adquiridas en el sistema educativo institucional, en
la empresa, o de una manera más informal, los individuos serán dueños de su
destino y garantizará su desarrollo. La cultura de los pueblos determinará su
nivel económico.
Partiendo de esta realidad,
la Comisión Europea ha elaborado una Estrategia de Empleo que parte de una
concepción de la economía basada en el conocimiento. Las líneas fundamentales
de actuación pretenden digitalizar Europa y desarrollar tecnologías de futuro.
Estos planes de diseño de la futura economía del conocimiento e se han recogido
en los programas eEuropa 2005 y eLearning.
Las principales actuaciones
de eLearning son: equipamiento de banda ancha en las escuelas, creación
de la red de investigación GEANT (mejora del proceso de aprendizaje, difusión
de materiales curriculares, acceso a recursos y servicios, identificación de
nuevos materiales), implantación de las escuelas del futuro mediante la red de
escuelas europeas y la difusión de recursos multimedia entre profesores y otros
proyectos específicos para las universidades como el Metacampus o el proyecto
Ariadne. El proyecto eEuropa tiene como principales elementos: Internet para
investigadores y estudiantes, empleo en la sociedad del conocimiento,
alfabetización digital (capacitar, mediante estos recursos, para el trabajo
cooperativo, multidisciplinar, comunicación intercultural, resolución de
problemas) , correo electrónico y contenidos europeos de redes globales.
El impacto de las nuevas
tecnologías y las exigencias de la nueva sociedad se están dejando sentir de
manera creciente en el mundo de la educación. La educación está pasando de ser
un servicio secundaria a constituirse en la fuerza directiva del desarrollo
económico y social.
La sociedad del conocimiento
necesita nuevos trabajadores y ciudadanos. Éstos han de ser autónomos,
emprendedores, trabajadores creativos, ciudadanos solidarios y socialmente
activos. Se impone un cambio radical en el mundo de la educación y formación
dado que se exige un mayor papel de los estudiantes individuales. El mercado
laboral necesita cada vez más trabajadores flexibles y autónomos. Todo lo
cual está promoviendo el concepto de “aprendizaje a lo largo de la vida”
y la necesidad de integración entre los sistemas educativos y formativos.
El aprendizaje a lo largo de
la vida no solo trata de ofrecer más oportunidades de formación sino también de
generar una conciencia y motivación para aprender. Requiere de un estudiante
que tome parte activa en el aprendizaje, que sepa aprender en multiplicidad de
entornos, que sepa personalizar el aprendizaje y que construya en base a las
necesidades específicas. Educar ya no es empaquetar los contenidos del
aprendizaje y ponerlos al alcance de los alumnos sino capacitarles para la
experiencia del aprendizaje.
Por otro lado hay una
tendencia creciente hacia la desinstitucionalización y comercialización de la
educación. La identificación del “e-learning” o aprendizaje a través de
Internet como un área propicia para el desarrollo del mercado está atrayendo nuevos
inversores. Cada vez más se considera el mercado educación-entretenimiento como
un sector prometedor. Nuevas iniciativas educativas dirigidas van apareciendo
de la mano de museos, biblioteca y otras instituciones no propiamente
educativas. Finalmente el mercado se llena de nuevos centros de enseñanza y
portales educativos con iniciativas de formación continuada. La educación está
adquiriendo un puesto de gran importancia en el desarrollo y consolidación de
la nueva sociedad.
El sistema educativo no
puede quedar al margen de los nuevos cambios. Debe atender a la formación de
los nuevos ciudadanos y la incorporación de las nuevas tecnologías ha de
hacerse con la perspectiva de favorecer los aprendizajes y facilitar los medios
que sustenten el desarrollo de los conocimientos y de las competencias
necesarias para la inserción social y profesional de cualidad. Debe también
evitar que la brecha digital genere capas de marginación como resultado de la
analfabetización digital.
El saber está omnipresente
en la sociedad actual, sin embargo la educación no puede sucumbir a este abuso.
No debe confundirse saber e información. Las nuevas tecnologías dan acceso a
una gran cantidad de información, que no ha de confundirse con el saber. Para
que la información devenga en conocimientos el individuo debe apropiarsela y
reconstruir sus conocimientos. Por esta razón lo primero que debe hacerse
explícito es que la incorporación de las nuevas tecnologías en la educación no
han de eludir la noción de esfuerzo. Los nuevos recursos informáticos pueden
contribuir al desarrollo de las capacidades cognitivas de los ciudadanos, pero
nunca en ausencia del esfuerzo personal.
Las tecnologías constituyen
un medio como jamás haya existido que ofrece un acceso instantáneo a la
información. A cada uno le toca enriquecer y construir su saber a partir de esa
información y a la educación proporcionar las bases para que esto se produzca.
Para que estas tecnologías estén verdaderamente al servicio de la enseñanza y
del aprendizaje y contribuyan a la formación de los ciudadanos y los
trabajadores que necesita esta sociedad, tal penetración tecnológica debe estar
acompañada de una evolución pedagógica. Las nuevas tecnologías exigen un cambio
de rol en el profesor y en el alumno. El profesor no puede seguir ejerciendo
sus funciones tradicionales discursivas a la hora de instruir al alumno.
Las tecnologías de la
información y de la comunicación han sido incorporada al proceso educativodesde
hace unos años. Aún no existen estudios concluyentes que permitan afirmar que
la utilización de los medios informáticos en la educación ha servido para
mejorar los resultados académicos, sin embargo a menudo se refieren a las
transformaciones obtenidas en el modo de hacer. Se ha observado que las tecnologías
de la información suscitan la colaboración en los alumnos, les ayuda a
centrarse en los aprendizajes, mejoran la motivación y el interés, favorecen el
espíritu de búsqueda, promueven la integración y estimulan el desarrollo de
ciertas habilidades intelectuales tales como el razonamiento, la resolución de
problemas, la creatividad y la capacidad de aprender a aprender. Para los
profesores las tecnologías informáticas han servido hasta ahora para facilitar
la búsqueda de material didáctico, contribuir a la colaboración con otros
enseñantes e incitar a la planificación de las actividades de aprendizaje de
acuerdo con las características de la tecnología utilizada.
Estas transformaciones
observadas en los procesos de enseñanza y aprendizaje se sitúan en la línea de
las teorías constructivistas que preconizan estrategias de aprendizaje que
hagan de los alumnos elementos activos y dinámicos en la construcción del
saber.
Las barreras del espacio y
del tiempo en la relación profesor-alumno y alumno-escuela también se
están viendo afectadas. La omnipresencia de la información libera la elección
de los tiempos y espacios para el aprendizaje. Aunque una parte de la población
escolar no tiene las facultades necesarias para ejercer esta elección, sin
embargo es una característica que beneficia el desarrollo de formas de
aprendizaje en la educación a distancia, la educación de adultos y en las aulas
hospitalarias o asistencia a enfermos.